lunes, 4 de marzo de 2019

SPLIT - Croacia


Hoy Juan F. Morillo nos lleva a callejear por Split en Croacia, y de ella me dice "En tiempos de la Antigua Roma, Dalmacia era una provincia del Imperio cuya capital se encontraba en Salona (hoy Solin). En esta ciudad nació en el año 244 a.C. un tal Diocles, hijo de familia humilde que prosperó en el ejército hasta llegar a convertirse, ni más ni menos, en el Emperador Diocleciano".


Mientras lo leía, me preguntaba ¿qué tiene esto que ver con Split? Pues aquí está la respuesta "Cuando Diocleciano llegó a la vejez, tomó la novedosa decisión de abdicar (fue el primer emperador en hacerlo) y se retiró a unos campos ubicados justo al sur de Salona, donde había mandado construir un enorme palacio para disfrutar de sus últimos años. Aquel fue el germen fundacional de Split".

 Palacio Diocleciano

A Split merece la pena ir aunque sólo sea por una cosa: el fabuloso Palacio Diocleciano, monumento romano que hoy conforma el núcleo antiguo de la ciudad y que fue protegido por la UNESCO en 1979.



Ubicado junto al mar Adriático, el Palacio Diocleciano tiene forma rectangular y mide 200 x 160 metros. Tres de sus laterales estaban fortificados y aún se mantienen en pie la mayor parte de las murallas, así como las tres entradas principales. El único lateral no amurallado es el que da al mar. Así pues, el recinto es fácilmente reconocible por sus límites y resulta muy cómodo moverse por su interior, donde el acceso a los vehículos está prohibido.


Por sus dimensiones, y por estar amurallado, el Palacio de Diocleciano sirvió como ciudad fortificada durante los siglos siguientes, llegando a albergar hasta 9.000 personas en su interior. La urbe, que fue creciendo en torno al palacio, se conoció como Spalato hasta la I Guerra Mundial, cuando fue rebautizada con su nombre croata


En tantos siglos de historia, Split fue pasando por muchas manos. Venecianos (sobre todo), húngaros, turcos, austriacos o yugoslavos dominaron la ciudad en diferentes épocas, hasta que finalmente Croacia declaró su independencia en 1991. Hoy en día Split es la capital del Dalmacia, la segunda ciudad más poblada del país (tras Zagreb) y alberga uno de los principales puertos del Mediterráneo.  El Palacio de Diocleciano, que ha sobrevivido en bastante buen estado desde tiempos romanos conforma hasta hoy en día el casco antiguo de la ciudad  Sólo por esto ya merece la pena invertir unas horas en visitar Split.



 Hoy en día Split es la capital del Dalmacia, la segunda ciudad más poblada del país (tras Zagreb) y alberga uno de los principales puertos del Mediterráneo.  El Palacio de Diocleciano, que ha sobrevivido en bastante buen estado desde tiempos romanos conforma hasta hoy en día el casco antiguo de la ciudad  Sólo por esto ya merece la pena invertir unas horas en visitar Split.




 Pero, además de callejear, hay varios lugares que no te debes perder. Por ejemplo, el Peristilo, un gran patio rodeado por columnas de mármol en el corazón del palacio, justo donde se cruzaban el Cardo y el Decumano, avenidas principales de las ciudades romanas.





Catedral de San Duje, en Split



Y otra plaza bella es la Plaza de las Frutas, que se encuentra un poco más al sur, en dirección al mar en la que sobresalen la torre veneciana octogonal del s.XV, perteneciente a la antigua muralla y  un palacio del siglo XVII con fachada barroca.





El palacio no es un recinto cerrado, así que no tiene precios ni horarios. En su interior hay viviendas, tiendas, restaurantes y varias callejuelas por las que merece la pena perderse. De hecho, algunos de sus rincones más bellos permanecen relativamente ocultos y no es raro toparse con un patio, pasadizo o plazoleta en el que nadie parece haber reparado.


Callejeando podrás descubrir palacetes de familias nobles


Y algún que otro mural


Entre los edificios destaca el antiguo Ayuntamiento, la vieja librería “Morpurgo” (conservada como en 1861), el Café Central (histórico lugar de encuentro de intelectuales y artistas)


Y tiendas de Souvenirs


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