martes, 12 de abril de 2016

VISITANDO LAS LÍNEAS DE NAZCA Y EL PARQUE NACIONAL DE PARACAS - PERÚ

Hasta hace unas semanas he estado siguiendo un programa que hacían los domingos en la 2, y que me ha gustado mucho. Era de un matrimonio que estaba viajando por el mundo con sus dos hijos, un  niño de 7 y una niña de 10 años. Casualmente comencé a verlo, cuando llegaron desde Ecuador al norte del Perú, y se hospedaron en un hotel del balneario de Máncora. Me gustó mucho, ya que cuando viví en el Perú, también estuve por esa zona, aunque no tuve la suerte que ellos tuvieron. "Yo no vi las ballenas nadando muy cerca de la playa".

El programa finalizó, cuando ellos se encontraban en la estación de autobuses, dispuestos a viajar en bus hasta Lima, se veía muy contento al padre, y decía que lo iban a hacer en un autobús de primera. Eso me hizo recordar lo que a nosotros nos pasó al poco de llegar a Lima. Creo que fue el segundo fin de semana de estar allí, cuando decidimos ir a visitara las Lineas de Nazca y Paracas en Ica. El viaje lo íbamos a hacer nosotros cuatro, más tres compañeros del trabajo de mi marido que se encontraban allí sin sus familias, y yo fui la encargada de ir a buscar los billetes y organizar el viaje.

Por aquél entonces en Lima habían dos estaciones de autobús, una en el centro de Lima, lugar que tenía prohibido acercarme, ya que era bastante peligroso. No porque te pudiesen hacer daño físico, si no por el hecho de que te podían robar, y no era nada aconsejable que me acercase por allí,
Así que fui a la otra estación que se encontraba en la Avenida Javier Prado, muy cerquita del Museo de la Nación, y allí me informaron que había un autobús VIP, no me lo pensé dos veces, y compré los billetes (de ida y vuelta clase Vip).

No veáis la cara de sorpresa que se nos quedó cuando vimos el bus. ¡Una pasada!, era de dos plantas, teníamos para nosotros una azafata, y toda la planta de abajo, los asientos eran muy amplios y en el medio del bus habían unas mesas y asientos a su alrededor. Ninguno de nosotros habíamos viajado o visto algo semejante en España, realmente nos sentíamos VIP "Very Important People


Parque Nacional de Paracas

En la entrada anterior os comenté que durante el invierno no sale el Sol, pero afortunadamente eso tan sólo sucede en Lima, así que en Ica pudimos disfrutar de un clima muy agradable, con Sol, temperaturas altas, que hacían que durante el día fuésemos con manga corta, y hasta nos pudimos bañar en la piscina del hotel.

El primer día fuimos al puerto de El Chaco, donde nos esperaban las embarcaciones que nos llevarían a las islas Ballestas en la Reserva Nacional de Paracas. Allí habían muchas aves guaneras, como el guanay, el piquero, el zarcillo y también vimos, a lo lejos  algunos pingüinos de Humboldt que están en peligro de extinción.Y, por primera vez escuché hablar sobre el guano, y supe que se trata de un abono que se saca de los excrementos de las aves, y que se utiliza en la agricultura. Su nombre proviene del quechua “wanu”, los peruanos lo utilizan desde la época de los incas y hasta se ha creado una industria para su extracción.


También vimos leones marinos 

Y visitamos la Catedral, una roca tallada, o formación geológica en la costa del Pacífico 

La Catedral

Y puedo decir que soy una de las afortunadas, ya que en el terremoto del 2007 la parte en donde se encuentra el arco se derrumbó. Estuvimos caminando por su interior, y me traje una curiosa piedra, que tiene la forma de un león marino, la guardo con mucho cariño. 

El Candelabro

De regreso nos llevaron a ver el famoso Candelabro, o Tridente, o Tres Cruces, de estas tres formas se le conoce a este geoglifo de más de 177 metros de largo y 54 de ancho. Hay quien dice que en el pasado, debido al material del terreno, el candelabro brillaba con reflejos del Sol , y que en la distancia era más visible. Lo raro de este candelabro es que lleva allí desde hace muchísimos años y, lo curioso es que a pesar de estar hecho en una montana de tierra o arena, nunca desaparece ni se borra, al igual que pasa con la Líneas de Nazca. No se sabe el porqué está en ese lugar, y hay quién dice que puede ser que los motivos de su creación sean por motivos relacionados con rituales relacionados con sacrificios humanos, o con trabajos relacionados con la cosecha. El caso es que nadie puede confirmar nada de su existencia. Lo que si que es cierto es que ahora sirve de atracción turística. 


El Colibrí

Y lógicamente también sobrevolamos las Líneas de Nazca, cuando estaba sobre ellas, recordaba un documental que unos años antes de ir a Lima había visto en la televisión, y que me había impactado mucho, ya que comentaban que estaban hechas por los extraterrestres y, que eran pistas de aterrizaje. Pero al igual que el Candelabro, de estas figuras también hay algo inexplicable, por lo menos para mí. Se dice que están hechas por los incas, pero a mí me cuesta creer, o mejor dicho, veo tan difícil que personas de aquella época, sin los medios que hoy en día tenemos hayan podido realizar estas figuras tan grandes, tan perfectas y, tan simétricas.

Casa donde nació Abrahan Valdelomar

Como podéis ver lo de fotografiar puertas me viene de lejos. Esta en concreto es de la vivienda de Abrahan Valdelomar, escritor peruano que nació en Ica en el año 1888  y murió en Ayacucho en el año 1919, fue narrador, poeta, periodista, ensayista y dramaturgo. Cuando nosotros estábamos en Lima, su rostro estaba en los billetes de 50 soles.
Cuando sucedió el terremoto del 2007, pensé en ella, ya que estaba muy mal cuando la vi y, cómo Ica fue una de las ciudades más afectadas.

Con ella terminamos nuestro recorrido por esta zona que se encuentra a unos 300 km de Lima, en el sur del Perú. Y desde allí nos llevaron al punto en donde teníamos que coger el autobús, y para sorpresa nuestra vimos que nos llevaron a otro lugar, nada que ver con el sitio en donde nos habían dejado el viernes. El lugar estaba repleto de gente, peruanos-as, las mujeres iban vestidas con sus coloridas chompas (así es como se les llama a las chaquetas) y sus polleras (faldas) y había un autobús, que tampoco tenía nada que ver con el que nosotros habíamos llegado. Cómo se acercaba la hora y no lo veíamos preguntamos por él, y nos comentaron que el autobús que allí había era el único que iba a Lima. No entendíamos nada, y todos me miraban a mí, pues yo había sido la que había organizado el viaje, "¡menos mal que en los billetes ponía que tanto la ida y la vuelta era en clase VIP!" Así por lo menos no me podían reprochar nada, y no quedaba, cómo que no me había enterado de nada, cuando compré los billetes. Y,cómo con el poco tiempo que llevábamos en el Perú, ya nos habíamos dado cuenta de que era una tontería protestar, pues no servía de nada, obedecimos y los siete subimos al autobús.

 La imagen era de película, esto fue en el 94, cuando no teníamos tanta información, pero si que habíamos visto algunas películas de gente subiendo en los buses cargados con gallinas, comida, cestos grandes con cosas, pues así era nuestro bus. 

Y para que veáis que no os exagero, aquí os dejo una imagen que años después fotografié en la parada de autobús de Huaraz en la que se ve a gente esperando el autobús, y todo lo que iban a meter en él.


Fue un viaje inolvidable, paró en cada pueblo, y cada vez que lo hacía subían a vender de todo, pasteles, rosquillas, bocadillos, cerdo frito. ¡Cosas que ni os podéis imaginar! y, a pesar de que estábamos hambrientos, no compramos nada, ya que tampoco era nada recomendable y no nos podíamos arriesgar, tan sólo algunas bebidas. Ese día fue la primera vez que probé la Inca Kola, la bebida típica del Perú, que me recordó a un jarabe, y que en un principio no me gustó nada, pero tengo que reconocer que con el tiempo me acostumbré a ella. 

Botella de Inca Kola

Llegar a Lima fue un calvario, muchos de los coches que circulaban por la Panamericana iban con un solo faro, o sin luces, ¡qué angustia que teníamos!, veías un farito rojo, y resultaba ser un tremendo camión que tan sólo llevaba esa luz. No entendíamos cómo podían circular así, e íbamos todo el tiempo mirando hacia adelante y muy asustados.
¡Pero aquí no acabó la cosa!, cuando llegamos a Lima, vimos que el autobús pasó de largo la estación, y se metió por unas calles que no conocíamos, inmediatamente preguntamos y nos enteramos que nos llevaban a la estación del centro de Lima, donde nos habían aconsejado que no fuésemos, y menos a altas horas de la noche. Exactamente no recuerdo la hora en la que llegamos, pero eran ya más de las 12 de la noche, y no nos pareció bien llamar a los chóferes de la empresa, pues no era justo hacerles venir a esa hora. Aunque al día siguiente, cuando ellos se enteraron de nuestra aventura, lo primero que nos dijeron fue, que les debíamos haber llamado.




Allí mismo pedimos dos taxis y nos llegaron dos Escarabajos similares a éste, y no exagero. Creo que la única diferencia que había entre éste y los nuestros, era que a los nuestros si que les funcionaban los dos faros delanteros, No veáis la cara que se les quedó a los vigilantes del hotel cuando nos vieron llegar  montados en ellos. 
La verdad es que todo lo que hicimos en Ica, estuvo perfecto, muy bien organizado, todo nos gustó mucho, no tuvimos ningún problema, El viaje de ida fue maravilloso, al hacerlo de día disfrutamos del paisaje, la verdad es que todo nos encantó. Pero el regreso fue una aventura que nunca la he olvidado,  
Tengo ganas de ver el programa del domingo, y ver qué tal les ha ido su viaje a Lima en bus. Cómo os decía el programa me está gustando mucho, me trae muchos recuerdos, y estoy viendo muchas mejoras en el Perú, cosa que me alegra mucho. Igual sale el Arco Mar en Miraflores, el barrio en donde viví. 

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