viernes, 23 de junio de 2017

COVARRUBIAS - Burgos


Hoy Juan F. Morillo nos lleva a conocer Covarrubia localidad conocida como “La cuna de Castilla”. Su conjunto urbano es uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura popular castellana, destacando sus casas de entramado.


En el siglo X el conde de Castilla Fernán Gonzalez y su hijo Garcí Fernández convirtieron a Covarrubias, la Villa Rachela, en la capital del Infantado de Castilla y cabeza de uno de los más importantes señoríos monásticos. La localidad de Ura pertenece al municipio de Covarrubias, villa de la que dista 12 Km. 



Entre sus principales monumentos destacan el, la Colegiata de San Cosme y San Damián, la muralla medieval, el rollo jurisdiccional, la casa del Obispo Peña, el palacio de Fernán González y la estatua de la Princesa Cristina de Noruega. La historia de esta princesita es conmovedora.

Torreón de Fernán González

Princesa Cristina de Norruega


Retablo Mayor de la iglesia de San Cosme y San Damián, que tuvo la dignidad de colegiata, término por el que todavía hoy es conocida.

Sepulcros

Empedrado

Iglesia de San Cosme y San Damián

Reloj de Sol

Lavadero

Cerrojo

Mano de Fátima

A continuación Juan nos deja la siguiente información sobre la historia de la princesita:
Debido a las alianzas castellanas y noruegas dentro del Sacro Imperio Romano Germánico, se llevó a cabo el compromiso matrimonial en 1257 de la princesa con el aspirante al Sacro Imperio Romano Germánico, el infante Felipe de Castilla, hermano del rey Alfonso X de Castilla, el Sabio, porque dicho matrimonio era conveniente tanto para Alfonso X como para Haakon IV.
 En el verano de 1257, emprendió el viaje por mar desde cerca de Oslo, hacia Castilla. Después de hacer escala en Inglaterra, y para evitar a los piratas el séquito atravesó Francia, entrando por el Condado de Barcelona en la península Ibérica. La Nochebuena la celebraron en Burgos en compañía de las monjas del monasterio de las Huelgas y prosiguieron hasta Valladolid, en donde esperaba el rey sabio.
Tras el matrimonio en la Colegiata de Santa María de Valladolid el 31 de marzo de 1258, la pareja se estableció en Sevilla, donde ya residía el infante. La distancia que la separaba de su lejano y añorado país, posiblemente hizo que la princesa enfermase de melancolía, muriendo en 1262 en la capital hispalense sin dejar descendencia.
Su marido, que antes de su matrimonio había sido abad de la Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias hasta la edad de 21 años y más tarde obispo de Sevilla, hizo enterrar a su esposa en el claustro de la Colegiata de Covarrubias en un sepulcro gótico, de piedra labrada con una arquería de 10 vanos y un friso superior de roleos.
El 18 de septiembre de 2011, a unos tres kilómetros de Covarrubias tuvo lugar la inauguración de la capilla de San Olav, realizada en acero laminado y madera, promovida por la Fundación Princesa Kristina de Noruega constituida en 1992 y la Junta de Castilla León, cumpliéndose así la promesa que le hizo su marido y que quedó sin cumplir por su prematura muerte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario