Hace unos días puse la tele y vi que estaban haciendo una película sobre El Ratoncito Pérez, entonces recordé que cuando estuve en Madrid fotografié un balcón en la calle Arenal nº 8 en el que había una placa conmemorativa sobre este pequeño personaje de ficción.
En el año 2003, fue el alcalde de Madrid, D. José Mª Álvarez el que institucionalizó la residencia de este entrañable personaje (la única dedicada a un personaje de ficción)
Lo que yo no sabía entonces es que se trataba de la casas Museo del ratón Pérez, y que en ella se puede realizar una curiosa visita en la que los niños y mayores, pueden conocer cuál es su origen y el por qué este ratoncito visita cada noche a los pequeños que ese día se les ha caído un diente.
¿Sabíais que fue un padre jesuita Luis Coloma el que escribió este cuento infantil en el año 1894 cuando el rey tenía ocho años, y qué fue por motivo de la caída de uno de sus dientes de leche?
La obra manuscrita con la dedicatoria a S.M. encuadernada en piel verde se conserva en la cámara acorazada de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid
Esta casa Museo también emite Certificados de Origen de caída de dientes de leche, eso lo hace a través de su web, y también para celebrar esa caída también hace entrega de tarjetones "Feliz caída" que habitualmente personaliza el mismísimo Sr. Pérez.
Este cuento que defiende valores éticos comienza diciendo: "Sembrad en los niños la idea, aunque no la entiendan: los años se encargarán de descifrarla en su entendimiento y hacerla florecer en su corazón"
El cuento dice así
El rey Budy I, un rey huérfano de padre, mimado y cuidado con todo recelo y precaución, se convirtió por una noche en el compañero de viaje del Ratón Pérez,( previamente transformado por este ratón), y juntos estuvieron recorriendo distintos rincones de Madrid, y terminaron conociendo a Gilito, un niño de origen humilde.
Normalmente Pérez no tomaba contacto con los niños cuando recogía sus dientes, pero esta vez si lo hizo, no fue por casualidad, se cree que Pérez quiso aprovechar este viaje para mostrar al pequeño rey formas de vida menos agraciadas, en el terreno y bajo el frío del relente nocturno.
Coloma lo define como un pequeño ratón, con sombrero de paja, lentes de oro, zapatos de lienzo crudo y una cartera terciada a la espalda, en donde lleva las monedas que deja a cambio de los dientes que dejan los niños bajo la almohada.
El nombre de Budy no lo puso por casualidad, su madre la reina regente María Cristina de Habsburgo así llamaba a su hijo Alfonso XIII cuando era niño. Palabra de origen austro-bávaro que significa niño, y que era un apelativo cariñoso que a él le gustaba mucho oír de los labios de su madre.
No sé vosotros si recordaréis la noche en la que dicho personaje nos dejaba unas monedas bajo la almohada, pero yo si que lo recuerdo, y estaba tan ansiosa por despertarme y mirar bajo la almohada, que casi ni dormía.
También recuerdo a mis hijos diciéndome, "mira se me mueve el diente, qué bien vendrá el ratoncito Pérez" y a partir de ese momento no paraban de movérselo ellos mismos, hasta que venían corriendo a enseñárnoslo ya en la mano. Y esa noche a ponerlo bajo la almohada y a esperar qué le dejaba el ratoncito Pérez. Y los que sois padres, no sé qué habréis hecho con esos dientes de leche de vuestros hijos, yo si que os puedo mostrar qué hice con ellos.
Los dientes de leche de mis hijos
Pues guardarlos en este estuche pastillero. Los de la izquierda son de Héctor y los de la derecha son de David, y los diferencio, porque los de David eran más pequeñitos que los de su hermano. No sé si ellos saben que continuo guardándolos, posiblemente se enteren ahora, si leen la entrada de hoy dedicada a este peculiar personaje de ficción.
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