Juan F. Morillo, me comenta que en medio del casco antiguo de Tiscamanita se encuentra una
interesante vivienda tradicional en cuyo interior se puede conocer la
importancia que tuvo durante siglos el gofio como base nutricional de los
majoreros. Y qué mejor manera que a través de un recorrido por la historia de
los molinos. Aquéllos con los que El Quijote luchó en los terrenos de Castilla
y que en Fuerteventura sirvieron para moler grano y dar de comer a toda una
Isla. A finales del siglo XVIII irrumpen en el paisaje majorero los molinos de
viento: aprovechándose de los vientos alisios echaron sus aspas a rodar hasta
que el cambio económico los dejó sin uso en la centuria pasada. Al lado del
museo uno de ellos espera la llegada de visitantes a los que atrae con el olor
a grano molido. Y no dejes de comprar un poco de gofio: el mejor recuerdo de una
estancia en Fuerteventura.
Durante siglos los majoreros encontraron en el gofio el
mejor aliado con el que paliar las duras hambrunas. En torno a este alimento se
creó toda una cultura que en la actualidad se recuerda en el Centro de
Interpretación de los Molinos en Tiscamanita,
en el municipio de Tuineje.
Puerto Calero
Puerto Calero es un muelle deportivo de la Isla de
Lanzarote, el primer puerto deportivo en la isla de Lanzarote que iniciado en
1986 se ha podido consolidar como uno de los puertos deportivos más exclusivos
y modernos de toda España.
La marina de Puerto Calero dispone de 420 amarres y cada uno de ellos dispone de agua potable y electricidad constante.
Para finalizar os dejo este original reloj de Sol que también él nos fotografió
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