viernes, 10 de marzo de 2017

DE CALÇOTADA - Tarragona

El fin de semana pasado estuve en un pueblo de la provincia de Tarragona y, me invitaron a comer una Calçotada.
El calçot es una cebolla tierna, blanca y dulce que se come con una salsa que se llama "salsa romesco" y, es un alimento típico de los pueblos cercanos a Valls, en la comarca del Alt Camp.

Preparando las cebollas para la Calçotada

Pude ver que preparar una calçotada es todo un ritual y, es tradición que oficialmente se abra con la calçotada oficial que se celebra en Valls el último domingo de enero.
No perdí detalle de cómo los prepararon y, como se ve en la foto, lo primero que hicieron fue cortar unos alambres en los que fuero metiendo los caçots.



Contando los calçots

Este alimento fue reconocido como IGP (Indicación Geográfica Protegida por el departamento de Agricultura, Ganadería y Pesaca de la Generalidad de Cataluña, el 31 de marzo de 1995. 

Sarmientos y calçots ya preparados para asar

Esta tradición, que se ha convertido en uno de los acontecimiento más celebrados en la gastronomía catalana, se le debe a Xat de Benaiges, un campesino de Valls al que un día de finales del siglo XIX, se le ocurrió poner estas cebollas en las brasas de unas llamas.  


El calçot se asa a la llama de fuego de leña, habitualmente con sarmientos de las vides de la zona



Poco a poco la llama va quemando la parte exterior del calçot


Una vez ya asados, envolvieron los calçots para que mantuvieran el calor y así terminasen de cocerse por dentro 

Las tiras de calçots se fueron asando unas tras otras


Y ya por fin, todos pudimos disfrutar de esta rica comida

La tradición dice que nunca se debe comer en soledad, ya que es un ritual colectivo de fiesta y alegría, que se debe celebrar al aire libre. Para comerlos, se tiene que quitar la parte asada o quemada y, para ello se tiene que tirar de la parte de abajo y esta es la parte que se come, previamente untada con la salsa romesco.

Lo que no os había dicho es que se denomina calçot a cada uno de los brotes de una cebolla blanca totalmente desarrollada y que se ha replantado en el terreno. A medida que estos brotes van creciendo se van calzando, es decir, se cubren los lados de tierra para blanquear su base que es lo que se consume. Esto hace que la parte enterrada sea más tierna y de un sabor dulce y característico. 




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