lunes, 24 de octubre de 2016

LA SECUOYA CENTENARIA DE VITORIA SE ESTÁ SECANDO - Álava


Cuando escuché que la secuoya centenaria de Vitoria se estaba secando, me dolió mucho, y fue por dos razones. La primera y principal, fue porque se trata de un árbol que tiene la peculiaridad, de ser el árbol más conocido y visitado en dicha ciudad, y la otra es que en mi familia ha habido una simpática anécdota referente a este peculiar y característico árbol, que mide 40 metros de altura, 8 de perímetro y que ha sido catalogado por el Gobierno Vasco.

Secuoya Sequoiadendrom Giganteum

Cuando mis hijos eran pequeños, en uno de los viajes que solíamos hacer a La Rioja, para ver a los abuelos, un día fuimos a Vitoria a ver a mis cuñados que viven allí. Y dando un paseo por la ciudad,  terminamos muy cerca de el patio de la Magdalena, lugar en el que se encuentra dicho árbol. En ese momento, mi cuñado recordó que el árbol estaba allí, y cogiendo a mis dos hijos de la mano, se adentró en el patio diciéndoles, "os voy a enseñar un árbol que yo he plantado". Todos entramos, vimos el árbol, nos maravillamos por su tamaño. Creo que para mí, también fue la primera vez que veía un árbol tan grande. Tratamos de abrazarlo entre todos, pero no pudimos ya que se necesitan unas cinco personas adultas para poderlo abrazar, y nos fuimos. 

Años después, paseando por Vitoria, uno de mis hijos, le dijo a mi cuñado, "Tío, ¿dónde está el árbol aquél que tú plantaste?" En un principio ninguno de nosotros reaccionamos a esa pregunta, y no sabíamos a qué árbol se refería, y cuando dijo, "ese tan grande que quisimos abrazar". Fue entonces, cuando nos acordamos de la secuoya, y también fue entonces, cuando nos dimos cuenta de que él, realmente se creyó, lo que su tío como una broma les había dicho cuando eran pequeños.  


Tronco simétrico y de gran grosor

Esta secuoya fue plantada en 1860 por D. Juan Ibarrondo, quien compró el plantón en la exposición universal de Bruselas en el año 1858.

Supongo, que cuando la plantó no se imaginaría que con el tiempo su secuoya acabaría en un patio interior, rodeada de grandes edificios, privandole de luz, y que alguien estaría a punto de talarla. Pero, gracias al ayuntamiento de Vitoria que se negó, su secuoya, aunque con graves problemas por el momento sigue en pie. 

Ya se han hecho varias cosas para ayudarle. De hecho la última vez que la vi, no pudimos acercarnos a ella, ya que han protegido todo su entorno. Sobre el suelo, han puesto una tarima de madera, que la han cubierto, con una capa de restos vegetales, triturados, desinfectados y permeables, que se suele remover y airear, para así darle más oxigeno a sus raíces. Pero aún así y todo, parece ser que no es suficiente, y la secuoya más vieja, visitada, y querida por los alaveses se está secando.  

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