La Foradada
Posiblemente su nombre le venga por el gran agujero (forat en catalán) que hay en la roca.
Y ahora os comentaré el porqué he estado en Cantonigrós. Este lugar lo conocí cuando mis hijos eran pequeños. Cuando vivía en Barcelona ellos pertenecían a un grupo de Escoltas Catalanes y, cada verano solían ir de campamento a algún pueblo de Cataluña, y siempre regresaban contentos y contando maravillas de el lugar en el que habían estado. Y en concreto de "La Foradada en Cantonigrós" no veáis lo bien que se lo pasó Héctor en este lugar, a su regreso no hacía más que hablarnos de él. Tanto insistió que al año siguiente decidimos ir a conocerlo, así que un domingo preparé bocadillos y hasta allí que nos fuimos a pasar la mañana.
Llegamos a Cantonigrós y aparcamos el coche muy cerca de donde comenzaba el camino que nos llevaría a este precioso lugar. Era un camino de tierra y piedras, con alguna que otra pendiente, y no tiene ninguna pérdida, y además es fácil para ir con niños, nosotros íbamos con dos. Después de unos 20 minutos caminando llegamos al lugar en donde él había disfrutado tanto, pero qué desilusión que nos llevamos, sobre todo él. No caía agua de la cascada, y la poca que había en la poza, en donde se habían estado bañando olía y estaba putrefacta. Por lo tanto ni nos quedamos, dimos media vuelta y fuimos a comernos los bocadillos a un bar del pueblo. Allí preguntamos y nos dijeron que como ese año había sido muy seco, pues no había agua.
Dijimos que iríamos otro año, en el que hubiesen más lluvias, pero al irnos a vivir al Perú, ya no lo pudimos hacer, aunque siempre lo teníamos en mente. En el 2003 regresamos definitivamente a vivir a España, en concreto a Barcelona, y como esa primavera llovió mucho decidimos volver a La Foradada, aunque esta vez lo hicimos mi marido y yo solos, ya que nuestros hijos se habían hecho mayores, y ya pasaban de nosotros Así que un domingo cogimos nuestra moto y hacia allí que nos fuimos. Esta vez sí que recuerdo que aparcamos al lado de un campo de fútbol, que está muy cerca del comienzo del sendero.
Y cuando llegamos al lugar nos encontramos con esta imagen, la verdad es que él tenía razón, el lugar es precioso y merece la pena visitarlo La pena es que ya no estaba virgen y tranquilo como hacía más de diez años. Esta vez había mucha gente y, por lo que tengo oído cada vez son más los que van a este lugar, hasta han señalizado el camino.
Iglesia parroquial de San Roque en Cantonigrós
Campanario
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