Hoy me veo obligada a hablaros de Pamplona, ya que esta mañana, con el grito de "Pamploneses, ¡viva San Fermín! que dará el nuevo alcalde de Pamplona, desde lo alto de este balcón del ayuntamiento de la capital navarra, y tras lanzar el chupinazo, darán comienzo las fiestas de los Sanfermines, una fiesta que se remonta a la Edad Media.
Los pamploneses y pamplonicas, vestidos de blanco y con su pañuelo rojo atado al cuello abarrotaran esta pequeña plaza, esperando el estallido del cohete, que a las 12 del medio día inaugura los Sanfermines del 2016, y que terminarán a las 24h del 14 de julio con el "Pobre de mí", una canción de despedida.
Las fiestas de los Sanfermines que se remontan a la Edad Media, son de fama internacional, y hace que calles como ésta del centro de la ciudad se llenen de gente.
Pamplona es una ciudad muy cercana a La Rioja, y he podido observar que muchos riojanos suelen acudir a los encierros y pasear por sus calles y disfrutar del ambiente que durante esos días hay en la ciudad, como yo lo he hecho muchas veces, aunque tengo que deciros que nunca he visto los encierros, pero si que he paseado por sus calles, y además vestida de banco y rojo.
Un día escuché en la radio, el por qué de esa tradición. Decían que hubo un año que un mozo de una cuadrilla que era pintor, solía acudir a los encierros vestido con la ropa de trabajo (pantalón y camisa de color blanco) Su cuadrilla decidió al año siguiente ir todos vestidos de blanco, por lo visto gustó, y de ahí viene esa tradición.
Ernest Hemingway ha tenido mucho que ver en este fenómeno que son hoy en día los Sanfermines, con su novela "Fiesta" que escribió en 1926 y sus estancias en esta ciudad, ha hecho que sus encierros sean conocidos en casi todo el mundo. Casualmente este año coincide con el 55 aniversario de su muerte. Él inmortalizó los Sanfermines.
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