domingo, 24 de abril de 2016

SENLIS - FRANCIA

Hace unos años fuimos a Ámsterdam a ver  a nuestro hijo que vive allí. Si desde La Rioja hubiese habido un vuelo directo, seguramente hubiésemos ido en avión, pero como no lo hay, nos fuimos con nuestro coche.

Decidimos salir un jueves, para llegar el viernes allí, y pasar todo el fin de semana con ellos. Así qué, nada más que nos despertamos, salimos pitando rumbo a Ámsterdam, 1600 kilómetros teníamos por delante.
Salimos con la idea de hacer todo el recorrido por autopista, y en el mismo Navarrete ya cogimos la autopista Vasco- Aragonesa dirección San Sebastián. Antes de cruzar la frontera de Irun, llenamos nuestro depósito de gasolina, ya que sabíamos de antemano que la gasolina en Francia es más cara.

En el mismo surtidor conectamos nuestro navegador para que nos llevase a la puerta de la casa de mi hijo. Aunque siempre hemos tenido uno, pocas veces lo hemos utilizado, pero tengo que reconocer que sin él, hubiésemos tenido bastantes problemas para encontrar el camino.

La autopista A-10 resultó ser un poco aburrida, ya que durante todo el trayecto no ves nada interesante y los pueblos y ciudades quedan un poco alejados.




Una curiosidad de los pueblos de esa zona, es que la mayoría de sus viviendas son de dos plantas y de todos ellos sobresalía las características torres de sus iglesias.

 Y otra curiosidad, referente a la autopista es, que cada 10 Km. hay un área de descanso que no tiene nada que ver con las nuestras. En un principio al ver tantos coches y camiones parados en una de ellas pensamos que se trataba de un restaurante. Pero no, era un área de descanso, con cabinas de teléfono, mesas, cuartos de baño "muy limpios" En una de las áreas, al entrar en el aseo, quedé completamente sorprendida, me recordó al de un avión. Al entrar en él la puerta se cerró y se bloqueó sin ningún pestillo, cosa que me extrañó. Por dentro estaba impecable, el papel higiénico salía de la pared, encima del lavabo había pañuelos de papel, jabón y como os comentaba, todo perfecto e inmaculado.

Mientras estaba allí dentro, me preguntaba a mí misma, cómo saldría de allí, pero lo descubrí al tirar de la cadena, ya que automáticamente, la puerta se abrió.
Si comento todo esto, no es por el hecho de que todas estas cosas me deslumbrasen, lo que si que me deslumbró fue el hecho de ver que en un lugar público en donde paramos muchísima gente, lo hayan acondicionado tan bien, que la gente lo respete y que todo esté tan limpio.

 Otra cosa que también me gustó, fue ver que hay carteles en los que te anuncian los precios de las distintas marcas de gasolina. Por lo tanto, puedes elegir la marca y la gasolinera para llenar el depósito.




La idea que teníamos en mente, era llegar a París cruzar la ciudad, y buscar un pueblo para pasar la noche.
Un anuncio nos indicó que el siguiente era Senlis, nada más verlo me acordé de Séraphine de Senlis, pintora francesa de estilo naïf. Dicha mujer fue pastora, y trabajaba como sirvienta cuando un coleccionista de arte descubrió en la casa de su casera un cuadro con una manzana que le maravilló, y más, cuando descubrió que lo había pintado su sirvienta.

Justamente, no hacía mucho que había visto la película biográfica sobre ella, que la actriz Yolande Moreau protagonizó. En ella salieron muchas escenas rodadas en Senlis. Por ello, le dije a mi marido. "Para aquí".




Senlis es una ciudad medieval, que se encuentra en la región de Picardía


Nos hospedamos en un hotel que nos hizo retroceder en el tiempo



Antes de cenar estuvimos recorriendo sus antiguas y empedradas callejuelas que nos dejaron completamente sorprendidos.




Sobre todo, cuando vimos la torre de su catedral, de 256 metros de altura, construida en el siglo 13 y que se puede ver a través de la llanura de Valois. 



Dicha catedral fue construida entre 1153 y 1519, en la actualidad está declarada como Monumento Nacional de Francia.


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