El pueblo por el que Juan F. Morillo y Mayka nos llevan a callejear hoy, es uno de los más jóvenes de España.
Se trata de Binibeca Vell, pueblo que fue construido entre finales de los años 60 y
principios de los 70, con clara finalidad turística de un
tradicional puerto de pescadores menorquín.
Binibeca se ha convertido en uno de los lugares más turísticos de esta isla balear
Juan me comenta que él lo visitó en 1973, a los pocos años de su creación, y que le ha gustado
ver que 44 años después está exactamente igual a lo que él recordaba.
Lo único que ha cambiado es el adjetivo de Vell (viejo) que le han
añadido
Binibeca está completamente restaurado y cuidado hasta el mínimo
detalle, apenas está formado por 165 viviendas que representan fielmente la
esencia de un pueblecito costero mediterráneo, acumulando muchas similitudes
con las hermosas referencias que pueblan las islas griegas.
Es una gozada caminar en silencio por sus calles,
buscando ángulos y encuadres para las fotos y finalmente sentarte relajado en
alguno de sus rincones, o en bar
tranquilo, dentro de su pequeño y fabuloso laberinto de calles
que desembocan en el apacible y siempre acogedor Mar Mediterráneo.
Pueblo Blanco
Reloj de Sol
Y otra cosa que me dice es, que no lo visitó en pleno verano, sino un 30
de septiembre, cuando los turistas ya se han ido a su casa.
Mar Mediterráneo
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