Hoy nos vamos a recorrer las calles y playas de Santander, capital de la Comunidad Autónoma de Cantabria.
Situada en plena costa del mar Cantábrico
Faro de la isla de Mouro
Lo primero que hicimos al llegar a la ciudad, fue dirigirnos hacia la playa del Sardinero, y buscar un hotel para pasar la noche, no tuvimos ningún problema, e inmediatamente lo encontramos. Después de refrescarnos, y descansar un rato nos dispusimos a ir caminando hacia el centro de la ciudad.
Antes os comentaré que la playa de El Sardinero es la playa más famosa de las once que tiene dicho municipio. En el año 1840, toda esa zona estaba muy mal cuidada y nadie la utilizaba, pero decidieron arreglarla, y a partir de entonces, se convirtió en el lugar preferido para ir a veranear, de la alta sociedad española de principios del siglo XX.
Mucho tuvo que ver, el hecho de que los santanderinos, durante el reinado de Alfonso XIII, decidiesen construir el Palacio de la Magdalena, y regalárselo a la familia real española. Dicho palacio se construyó en esta península, también llamada Real Sitio de la Magdalena.
Por aquellos días, toda esta zona era muy agreste, y fue el rey el que mandó plantar todos los pinos, hoy en día hay muchas playas, que disponen de todos los servicios, y que están muy bien cuidadas y conservadas.
En la actualidad se ha convertido en un parque público, abierto durante el día y en el que se pueden ver patos, pinguinos, y focas.
Y estas Tres Carabelas, que fueron utilizadas por el navegante cántabro Vital Alsar para rememorar el viaje de Francisco de Orellana en el océano Pacífico. En la actualidad pertenecen al Museo de la Marina
Si dais un paseo por la costa quedaréis fascinados de sus maravillosas "casas palacio" que hay en El Promontorio. Como ésta que es propiedad de la familia Botín
Sus fiestas son el 25 de julio en honor a Santiago Apóstol
El 30 de agosto celebran la Fiesta de los Mártires San Emeterio y San Celedonio, patronos de Santander.
Escudo de Santander
En él se pueden apreciar los rostros de los patronos de la ciudad, que fueron decapitados en Calahorra. Según cuenta la leyenda, sus cabezas fueron transportadas por el río Ebro en una barca de piedra para protegerlas del avance musulmán. Desembocó en el Mediterráneo, y desde allí llegó al Océano Atlántico, después al mar Cantábrico, y cuando llegó a la Bahía de Santander, el barco golpeó y atravesó la isla de la Horadora.
Este escudo lo descubrí en la casa que vivió el paleontólogo Marcelino Sanz de Sautuola , descubridor de las cuevas de Altamira en el año 1879, hoy convertida en la Fundación Botín.
Reflejos
Santander cuenta con 76 iglesias, lógicamente no las vi todas, pero aquí os dejo unas cuantas que me encontré mientras callejeaba por sus calles.
En la zona de más céntrica de la ciudad, y cerca de la Plaza del Cañadio, se encuentra la iglesia dedicada al culto de Santa Lucía, fue construida en el año 1868 por A. Zabaleta. En su entrada tiene una escalinata, un pórtico con columnas jónicas y en su torre un reloj. En el año 1982 fue declarada Bien de Interés Cultural.
Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa, de la orden de las Carmelitas, de estilo neogótico de principios del siglo XX.
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús - Jesuitas- año 1890
De ésta desconozco su nombre, lo que me llamó la atención fue el ver el vitral iluminado por el Sol
Construcciones de la zona alta de la ciudad
Por esa zona sus calles son muy empinadas, y con grandes cuestas. Por casualidad, descubrimos un pequeño funicular que nos llevó a lo alto del cerro.
Y desde allí pudimos ver esta bonita vista de los tejados de la ciudad y de la Bahía de Santander
Y para cenar un Ceviche acompañado de un Pisco Sours
Este plato típico peruano es lo que cené la noche que pasé en Santander. Cuando llegó la hora de cenar salimos en busca de un restaurante en donde saborear algo típico de la gastronomía de Cantabria, desde que salí de casa, llevaba en mente comerme una buena mariscada.
Cuando llegamos al hotel, vimos que muy cerca había un recinto ferial, y pensamos que en él habían atracciones para los niños, pero cuando pasamos por su entrada nos dimos cuenta de que lo que allí había era una "Festival Internacional" con Stands de los 5 continentes, tanto de comida, como de arte.
Había un área con carpas, en las que podías saborear y degustar todas sus comidas típicas. Inmediatamente pensé en Perú, y le dije a mi marido "vamos a buscar el Stand de Perú, igual tienen ceviche", y pasando por el Venezuela, Rusia, Australia, Cuba, etc; dimos con él.
Inmediatamente pedimos dos ceviches, mi marido pidió un cerveza Cuzqueña, y yo una Inca Kola, (la bebida típica del Perú) pero antes de que me la sirviesen vi que estaban preparando un Pisco, y cambié de idea. ¡Menos mal que no estaba muy cargado y, qué bueno me supo todo! y ¡cuánto tiempo hacía que no comía un rico ceviche!.
Para los que no lo sabéis, tengo que deciros que he vivido nueve años en Lima, y no os podéis hacer una idea, la de veces que me acuerdo de los platos tan ricos y sabrosos que allí se comen.
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