Callejeando por Ferreríes, Juan F. Morillo pudo disfrutar de su arquitectura popular, de casas blancas y calles sinuosas.
Me comenta que Ferreries en la intimidad de sus calles, es el eslabón perdido entre la isla que vivía de la industria de la bisutería y del calzado, y esa otra de la Menorca de hoy volcada al turismo.
Ayuntamiento
Ferreríes está protegido por jóvenes montes que asoman por encima de estas coquetas casas del centro. El pueblo ha ido creciendo en el interior de un pequeño valle, con el ruido de las máquinas de coser de los artesanos del cuero, que el caminante escuchaba tras las ventanas. Hoy ese trabajo se ha trasladado a las fábricas de prestigiosas firmas de calzado de diseño, que desde Ferreries exportan al resto del mundo.
Iglesia de Ferreríes
Ferreries se encuentra en el interior, pero la costa de su término municipal es una de las más bellas de la isla. Nos aconseja visitar la urbanización de Cala Galdana, edificada en la que para muchos fue, y sigue siendo, la playa más bonita de la isla".
Después de un día de playa, Juan nos recomienda visitar sus tiendas, y comprar tal vez un par de las tradicionales abarcas.
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